Desde el establecimiento del Estado de Israel, se han añadido al calendario judío tres nuevas fechas. La primera es Yom Ha’atzmaut, el Día de la Independencia de Israel, al cual lo precede Yom Hazikaron, el día que recuerda a los soldados caídos y a las víctimas del terrorismo. La tercera es Yom Yerushalayim, día que celebra la unificación de Jerusalén en 1967. Las tres son observadas como fiestas nacionales en Israel y reconocidas en todo el mundo por la mayoría del pueblo judío.
El carácter de fiesta nacional de Yom Ha’atzmaut es claro y su manera de celebrarlo, especialmente en Israel, es similar a como festeja cualquier país su fiesta nacional. Pero desde una perspectiva religiosa, para muchos judíos, la creación del Estado judío es un acontecimiento de proporciones épicas, que debiera celebrarse como un día festivo al nivel de Pésaj, Sucot o Rosh Hashaná.
En los primeros años de Israel, el rabinato decidió que este día debía ser conmemorado en la sinagoga recitando el Halel (Salmos de alabanza) y leyendo una haftará especial, texto que se toma de alguno de los libros de los profetas de la Biblia. Pero para el movimiento religioso sionista en Israel, esto no era suficiente y crearon un libro de rezos especial (majzor) para celebrar el Día de la Independencia. Después se incluyó el rezo de “Al Hanisim”, “Por los milagros”, que se dice en Purim y Janucá, en la liturgia del día. Por su parte, el movimiento Masortí (Conservador) integró Yom Ha’atzmaut en sus conmemoraciones religiosas y publicó una Hagadah diseñada para llevar la celebración a la casa. El movimiento reformista, en 1970, ratificó que: “Yom Ha’atzmaut, Día de la Independencia de Israel, es una festividad permanente en nuestro calendario religioso”.
Pero no para todos es una fiesta. Para algunos judíos, generalmente ultraortodoxos, la creación de Israel no es un momento central en la historia judía moderna y no celebran Yom Ha’atzmaut. Algunos incluso ven su establecimiento como un pecado, ya que el pueblo judío no esperó al Mesías para que los lleve de regreso a la Tierra de Israel. Por otro lado, la población secular en Israel, lo celebra con paseos y excursiones, conferencias, programas de educación familiar y foros para el diálogo.
Esti Moskovitz–Kalman nos dice: “Las fiestas y celebraciones judías nos permiten inculcar y enriquecer la memoria y los valores judíos a través de experiencias colectivas. Estas experiencias son colectivas, ya que muchas acciones simbólicas se realizan en público, ya sea en el hogar o en la comunidad y son globales y coincidentes, pues tienen lugar en todo el mundo al mismo tiempo”. La profesora Moskovitz comenta que cada celebración tiene un tema central y para ella, Yom Ha’atzmaut celebra lo que dice el Hatikvah, el himno de Israel: “Lihiyot Am Jofshi b’Artzenu”, ser un pueblo libre en nuestra tierra.
Hay muchas formas de celebrar Yom Ha’atzmaut y ésta dependerá de lo que la efeméride represente para cada uno de nosotros. Pero más que preocuparnos por el cómo celebrarlo, debemos no olvidar el porqué.
Por Marcos Gojman
Bibliografía: Robbie Gringras y Esti Moskovitz-Kalman: “Chag Ha’atzmaut, Blueprints for the Jewish Festival of Independence” y otras fuentes.
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