Cada año antes de Pésaj, se retiran todos los mensajes del Kotel (Muro de los Lamentos) y se entierran con otros documentos sagrados en el cementerio del Monte de los Olivos.
Este año, la Fundación del Patrimonio del Muro de los Lamentos, informó que, teniendo en cuenta la pandemia del coronavirus, “las piedras del Muro, visitadas y tocadas por miles de personas de Israel y de todo el mundo durante todo el año, fueron además desinfectadas y limpiadas para proteger a los que visiten próximamente el lugar”.
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