Con el crecimiento de las redes sociales, Facebook, Twitter, Instagram y también los medios de mensajería instantánea, las relaciones humanas se han cambiado profundamente. Durante los últimos años encuentro mensajes como:
“Les agradezco a todas las personas que recordaron mi cumpleaños y me felicitaron”
“Ahora que se acerca Yom Kipur quiero decirles a todos, que les pido perdón por cualquier cosa que haya hecho y los haya ofendido”.
A la hora de citar estos “posts Facebook”, me pregunto si de verdad existe un acto de agradecimiento o de verdadero arrepentimiento de las personas que publicaron esas líneas. Yo personalmente creo que no, y que lo hacen en un acto automático aprendido de la etiqueta social.
El majzor en los servicios de Selijot y de Yom Kipur trae una larga lista de transgresiones que comienzan con la fórmula “por el error cometido frente a ti” y después una transgresión, luego afirma “y por el error cometido frente a ti” y otra transgresión, para volver una vez más al “por el error cometido frente a ti” y después esta transgresión… En más de una ocasión me he preguntado si acaso no sería lo mismo poner la fórmula “por el error cometido frente a ti por las siguientes transgresiones” y luego la lista completa de todas las transgresiones, ¿por qué esa compulsión de repetir: ¿Por el error cometido frente a ti…?, Y ahora entiendo la que eso convertiría a nuestro majzor en post de Facebook dónde sólo estamos poniendo la palomita (checkmark) en la lista de cumplir con el confesionario.
La confesión del pecado entre el hombre y D-os (Ben Adam-Lamakom) es un acto íntimo entre el hombre y su Creador, a través de la cual pretendemos ensanchar nuestra conciencia y tratar de no cometer más los mismos errores que nos devalúan ante los ojos de D-os y sobre todo ante nosotros mismos.
Pero la confesión cara a cara de una persona con otra es una cuestión muy delicada, ya que va del ámbito íntimo al ámbito interpersonal y, por eso mismo, no lo podemos llevar al cabo de manera impersonal y desapegada.
El Rabino Kahane en el Talmud lo define como “Jutzpá”, “atrevimiento” en el sentido peyorativo de la palabra. Sin embargo, otra fuente del Talmud menciona la opinión de Rav Najman sobre el confesar la falta entre el ser humano y su prójimo que debe de ser en público. Maimónides por su parte dicta jurisprudencia diciendo que tal confesión es un acto de gran valor.
La confesión por sí misma no expía el pecado, pero es parte de un proceso perfeccionamiento particular, “Tikun Ishí”, que encamina al hombre a ser más consciente, dejando así atrás las conductas viciosas y destructivas.
El proceso consta de varios pasos:
- Reconocimiento
- Arrepentimiento
- Cambio de conducta
Esto requiere de un gran esfuerzo y hacer acopio de mucho valor.
En el cambio de conducta está la confesión en sí misma y debe decirse a través del habla y no sólo en el pensamiento.
Según Rabí Najman de Bratslav, es importante confiar las faltas a un Rabino o Maestro para lograr aclarar la falta o el error.
No hay una fórmula estándar para la confesión; la terapéutica humanista nos aporta algunas herramientas que pueden ser útiles para el Tikun Ishí:
- Evita las generalizaciones. Por ejemplo: “Te pido perdón por todaslas cosas que hice y te pudieron haber ofendido este año”
Todo + cosas = NADA y no reconozco que te haya ofendido el lo absoluto.
- No lo hagas a través de mensajería instantánea o correo electrónico. Hacerlo así despersonaliza el mensaje y le resta valor a tu reconocimiento y arrepentimiento, así como el valor que las das a la persona con la que te estas confesando.
- Habla de situaciones y temas específicos, por ejemplo “Te pido que me perdones por haberte exhibido públicamente cuando te dije que lo que cocinaste estaba horrible” así reconoces tu falta específica y aclaras que estás arrepentido de haberla cometido.
- Trata de hacerlo cara a cara, o por una carta que entregues personalmente. Así trabajas en tu autoestima controlando el orgullo y realmente ofreces disculpas a la persona que ofendiste.
- Sé agradecido. Una buena forma de comenzar este trabajo de Tikún Ishí es agradecer lo que tus compañeros por el viaje de la vida te han dado generosamente, hazlo usando las herramientas antes mencionadas.
En la terapia Gestalt estos ejercicios ayudan al paciente a liberarse de proyecciones y culpas permitiéndole atender de forma sana sus necesidades reales.
En el Mishné Torá, el Rambam escribió:
Como esta dicho: ‘Por favor, D-os, he pecado contra ti, y lo he hecho así, mi consuelo y mi vergüenza están en mis acciones, y nunca volveré a esta acción’.
Esta es la esencia de la confesión.
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