Este fruto, uno de los “padres” de los cítricos de todo el mundo, tiene una historia fascinante y muchos usos extraños e interesantes.
Por Naama Barak- Israel21c
Aquí en Israel, Sucot es la cereza del postre de la interminable temporada alta de fiestas. No solo no se requiere ayunar, arrepentirse o mirar la cabeza de un pez durante la cena sino que esta celebración incluye decoraciones de bricolaje, acampar en el balcón y tener una semana entera libre de la escuela.
Las “sucot” o viviendas temporales son uno de los símbolos más reconocidos así como las cuatro especies: el etrog (cidra), lulav (rama de palma), hadas (mirto) y aravá (sauce) que se toman en la mano o se agitan durante algunos de los días que dura la fiesta.
De estos, el etrog es quizás el más famoso y, nos atrevemos a decirlo, el más interesante. ¿Qué tiene de particular? Aquí te contamos algunos datos divertidos sobre la fruta cítrica más preciosa.
1. Se llama citrus medica y es un “padre” de otros cítricos
El nombre científico del etrog es citrus medica, que alude a su primera mención en la literatura occidental por parte del filósofo y botánico griego Theophrastus, que lo llamó “manzana persa o media”. Sin embargo, las raíces del etrog se encuentran aún más al este, en las estribaciones del Himalaya. Desde allí se extendió hasta el Golfo Pérsico y luego al Mediterráneo.
El etrog es uno de los cuatro “padres” de todos los cítricos del mundo, junto con el pomelo, la mandarina y las papedas (de las que se derivan el yuzu y la lima kaffir). Así es, el etrog no es un tipo de limón sino al revés.
2. Llegó a Israel con los exiliados de Babilonia
Los judíos que lloraban junto a los ríos de Babilonia encontraron “etroguim” mientras estaban en el exilio allí (alrededor de entre 586 y 516 A. C.) y los llevaron de regreso a la Tierra de Israel cuando volvieron para construir el Segundo Templo. Entonces se convirtió en un símbolo que adornaba monedas y sinagogas. Los mosaicos que representan estas frutas se pueden ver en los restos de la antigua sinagoga de Beit Alfa y en otros lugares.
3. Hay evidencia antigua del etrog en Israel
En 2012, investigadores descubrieron polen de etrog en un antiguo jardín perteneciente a un palacio real de 2.500 años ubicado en Ramat Rajel en el sur de Jerusalén.
Los científicos no encontraron el polen en el suelo sino atrapado dentro del yeso utilizado para cubrir una piscina de agua. El polen fósil que se halló se utilizó para identificar el tipo de árboles y plantas que adornaban el jardín real, entre ellos los árboles de etrog, el cedro del Líbano y el nogal persa.
4. La Biblia no lo menciona de forma explícita para Sucot
El mandamiento bíblico de agitar las cuatro especies no habla del etrog sino del “fruto de árboles espléndidos”. Si bien la identificación del etrog como la fruta requerida se hizo más adelante en el Talmud, la costumbre se arraigó de manera profunda. La identificación del etrog con el mandamiento es incluso la fuente de la palabra hebrea para los cítricos: “hadar” o “espléndido”.
5. La condición del etrog es un asunto muy serio.
Para que un etrog sea considerado adecuado para el uso ritual en Sucot, debe cumplir con estándares estrictos. Primero tiene que ser un cidro puro, no hibridado ni injertado con ninguna otra especie. En segundo lugar, el área nudosa en la parte superior de la fruta, llamada “pitam”, ha de estar completa o tiene que haberse desprendido naturalmente durante el proceso de crecimiento. Si todo el “pitam” se rompe de forma antinatural, el etrog ya no es kósher. No hace falta decir que también debe estar libre de imperfecciones. No es de extrañar que se mantengan a salvo en fibras sedosas y elegantes cajas.
6. La ciencia halló una forma de mantener el “pitam” completo
Dado que la condición del etrog y particularmente su “pitam” es un asunto tan serio, es bueno que la ciencia haya logrado rescatarlo. Una auxina, u hormona vegetal, desarrollada por el profesor Eliezer E. Goldschmidt de la Universidad Hebrea de Jerusalén evita que el “pitam” se caiga, lo que sin duda evita que muchos miles de cidras se tiren a la basura.
7. Solo una fracción de los “etroguim” israelíes se venden cada año
De acuerdo con Joshua D. Klein, científico del Centro Volcani del Ministerio de Agricultura, el mercado del etrog en Israel se sitúa entre 1,8 y 2 millones de frutas al año. Pero esta es solo una fracción del número cultivado. Muchos son desechados por ser imperfectos o por no estar a la altura de las crecientes demandas y estándares de los clientes.
Los frutos israelíes son cultivados por unos diez agricultores alrededor de la llanura costera, aunque también hay un huerto de etrog en Eilat, en aproximadamente 30 hectáreas de tierra. También se cultivan en Marruecos, California y Brasil, que produce más cidras que Israel pero no usa ninguna para el ritual judío sino que las convierte en conservas de frutas para pasteles.
8. Mermelada de etrog para comer con tostadas
Si ya se habla de conservas de frutas, el etrog se diferencia de los limones en que es una frutas muy seca con una piel muy gruesa. El mejor uso culinario para ellos es con su piel confitada o mermelada. Es una sabrosa variante a la clásica jalea de naranja que se unta sobre las tostadas.
9. Cerveza de etrog (sí, es posible)
Si la mermelada de etrog no te convence, siempre puedes disfrutar este fruto en una cerveza. Cada año, la cervecería boutique de Tel Aviv, The Dancing Camel, lanza una cerveza de temporada para las fiestas llamada “trog wit”, una Witbier de estilo belga que tiene una fragancia floral. Según la empresa, su aroma “agrega un equilibrio celestial al trigo israelí sin maltear”. Suena divertido, ¿verdad?
10. El etrog protagoniza una película israelí premiada
Este fruto aparece en diferentes expresiones artísticas como mosaicos antiguos y láminas pero también en la premiada película israelí Ushpizin de 2004, que cuenta la historia de una pareja religiosa y pobre de Jerusalén que por milagro recibe una gran suma de dinero para celebrar la fiesta de Sucot como es debido con el etrog como estrella principal.
Protagonizada por el cantante y actor israelí Shuli Rand, que recibió el premio al Mejor Actor en los Premios Ophir por su papel, la película fue un éxito en el país ya que le dio a la sociedad una mirada acerca de la vida en una comunidad ultraortodoxa de la capital.